“Sírvete del don sublime de la palabra, signo exterior de tu dominio sobre la naturaleza, para salir al paso de las necesidades del prójimo y para encender en todos los corazones el fuego sagrado de la virtud” (Regla al uso de las Logias Rectificadas, Artículo VI-I)

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martes, 28 de agosto de 2012

Misa conmemorativa masónica en Brasil




A pesar de que se trata de una web conocida por antimasónica, nos trae la noticia, desde su punto de vista, claro, de una misa católica celebrada con masones con sus mandiles, collares y más símbolos.

Sería muy interesante que estas reivindicaciones de normalidad tuvieran más ejemplos.

Ver la noticia en infocatólica

jueves, 23 de agosto de 2012

El cristianismo trascendente. Joseph de Maîstre


 Memoria dirigida por Joseph de Maîstre 
al duque Ferdinand de Brunswick-Lunebourg,
Gran Maestro de la Masonería Escocesa
de la Estricta Observancia,
con ocasión del Convento de Wilhemsbad de 1782
Finalmente, henos aquí llegados al 3er grado [Clase Secreta] que tiene por objeto el Cristianismo Trascendente. Parece oportuno que la mayor parte de Hermanos a los que sus luces y talentos los hayan hecho dignos en el segundo grado, pasen infaliblemente al tercero, porque todo hombre instruido hacia la creencia cristiana estará necesariamente encantado por encontrar la solución a diferentes penosas dificultades en los conocimientos que poseemos.

Los Hermanos admitidos en la clase superior tendrán por objeto de sus estudios y reflexiones más profundas las investigaciones de hecho y los conocimientos metafísicos. No es éste lugar para examinar hasta qué punto se puede establecer por el simple razonamiento la verdad de la doctrina que profesamos. Mas no es extraño que el descubrimiento de los hechos puedan proporcionarnos los mayores motivos de credibilidad. Todo es misterio en los dos Testamentos, y los elegidos de una y otra ley no eran otra cosa que verdaderos iniciados. Hay pues que interrogar a esta venerable Antigüedad y preguntarle cómo entiende las alegorías sagradas. ¿Quién puede dudar que este tipo de investigaciones nos pueden proporcionar las armas victoriosas para luchar contra los escritores modernos que se obstinan en ver solamente en las Escrituras su sentido literal? Estos escritores, son refutados fácilmente por la expresión Misterios de la Religión que nosotros empleamos todos los días sin entrar en su sentido. La palabra “misterio” en un principio no significaba otra cosa que la verdad velada bajo tipos por aquellos que la poseen. Fue solamente por extensión y, por así decirlo, por corrupción, por lo que se aplicó luego esta expresión a todo lo que está escondido; a todo lo que es difícil de comprender. Es en este sentido por lo que decimos ahora que la generación es un misterio y que Marco Aurelio decía antaño que “la muerte es, al igual que el nacimiento, un misterio de la naturaleza.

Este sentido del término “misterio” no era lo bastante significativo para la Iglesia latina, de ahí que inventara el de “sacramento” para designar a los siete Misterios por excelencia.

Quizá le parecerá infinitamente probable a V.A.S. que si nuestros teólogos quisieran reflexionar atentamente que las palabras Misterio, Sacramento, Signo y Figura son rigurosamente sinónimos, bien pronto nos llevarían a firmar un acuerdo sobre uno de los puntos que dividen a nuestras dos comuniones.

Parece pues que no hay necesidad de un diccionario etimológico para refutar a los partidarios del al pie de la letra. Pero, ¿cómo podrían resistir al sentimiento unánime de los primeros cristianos, que se regían todos por el sentido alegórico? Sin duda, llevaron este sistema demasiado lejos, pero, siguiendo la observación de Pascal, del mismo modo que los falsos milagros probaban los verdaderos, igualmente el abuso de explicaciones alegóricas anuncia que esta doctrina tenía una base real, la cual hemos perdido de vista demasiado pronto.

¿Con qué derecho podemos contradecir a toda la Antigüedad eclesiástica que nos deja entrever tantas verdades escondidas bajo la corteza de las alegorías? Los antiguos intérpretes de la Iglesia - nos dice San Anastasio el Sinaíta - han considerado el relato de Moisés sobre la obra de los seis días de una manera alegórica y han puesto de relieve diversas herejías nacidas únicamente del hecho que habían tomado demasiado al pie de la letra lo que el Génesis relata de Dios y del Paraíso terrenal. Otro escritor eclesiástico dice también que “algunos heréticos habían sostenido que no se debía dar al Antiguo Testamento un sentido místico y alegórico diferente de aquel que ofrecen las cosas mismas, sino que, si seguimos su opinión, resultaría un montón de absurdeces... que se debe explicar los libros del Antiguo Testamento, no solamente de manera literal, sino también de manera figurada y alegórica y descubrirle el verdadero sentido.

Es todavía más sorprendente que sobre este tema la Sinagoga no pensara de manera diferente que la Iglesia. El historiador Josefo nos advierte, antes de tratar de las antigüedades de su nación, que “Moisés se ha explicado alegóricamente cuando el asunto lo ha requerido; que se ha servido también de las alegorías aunque cautelosamente, y que lo que ha dicho sólo ha descubierto lo que no debía estar escondido; de manera que nos internaríamos en un largo trabajo si quisiéramos desentrañar todo lo que, en estos libros, es relativo a estos diferentes asuntos”.

Otro testimonio de peso es el del más sabio y más ilustre de los rabinos, el famoso Maimónides, de sobrenombre Moses Aegyptiacus. “No os dejéis seducir - nos dice - por todo lo que los Sabios cuentan sobre el primer hombre, sobre la Serpiente, acerca del Árbol de la Ciencia del bien y del mal, sobre las vestimentas que todavía no se usaban, y no penséis que esos objetos hubieran existido realmente de esa manera. Jamás estuvieron en la naturaleza de las cosas. Si prestáis atención os daréis cuenta de la falsedad de todo lo que ellos dicen al respecto, y que no han imaginado sino después de haber tenido conocimiento de nuestra ley y de la historia de la creación; ya que lo tomaron en sentido literal y forjaron estas fábulas... No se debe tomar al pie de la letra, como lo hace el vulgo, lo que está contenido en el Bereshit [Génesis] o historia de la creación. Sin esto, los sabios no lo hubieran envuelto de tantas parábolas, con tanto cuidado, y no hubieran estado tan atentos para impedir que se hablara de esto al populacho ignorante. Ya que al tomarlo en sentido literal, lo resultante son los prejuicios que degradan la naturaleza divina y trastocan los fundamentos de la ley que hacen nacer las herejías.

¡Qué vasto campo abierto al cuidado y perseverancia de los G.P...! Que unos se sumerjan con valor en los estudios que puedan multiplicar nuestros libros y aclarar aquellos que poseemos. Que otros, cuyo genio es dado a las contemplaciones metafísicas, busquen en la naturaleza misma de las cosas las pruebas de nuestra doctrina. Que finalmente otros (¡y quiera Dios que haya muchos!) nos digan lo que han aprendido de este Espíritu que sopla donde quiere, como quiere y cuando quiere.


miércoles, 22 de agosto de 2012

El Triángulo Rectificado Caballeros de Santiago abandona el GPDH



El Triángulo Rectificado Caballeros de Santiago, de los Valles de La Plata (Argentina), fue creado con fecha 27 de Abril de 2012 por el Gran Priorato de Hispania (GPDH). Este hecho fue valorado en su día como: “El esfuerzo de un grupo de HH.·. platenses pone ahora de manifiesto la consolidación de nuestra Orden en América del Sur, en un hecho inevitable y sostenido, augurio de tiempos de crecimiento para el R.E.R.

Tales augurios de crecimiento han durado poco más de tres meses. Este esfuerzo de HH. platenses no ha sido suficiente para que Ramón Martí les acabe de expulsar del GPDH de forma fulminante. ¿Motivo? Remitimos al escueto comunicado recibido por el Presidente de dicho Triángulo hoy mismo: “Queridos Hermanos, quiero informarles que hemos dejado de pertenecer al GPDH. Parte del detonante fue poner 'me gusta' en textos publicados por vosotros. Esperamos seguir en contacto. AF”.

Efectivamente, este “me gusta” ha sido recogido en algunas publicaciones anunciadas en el muro que el perfil del GEIMME tiene en Facebook, y que hacen referencia a temas de interés común sobre masonería rectificada y martinismo, sin que ello represente en modo alguno ningún tipo de comunicado oficial por parte de ninguna Orden en concreto.

En este “muro” del GEIMME se colgó, por ejemplo, un video que recoge parte de una entrevista hecha a Jean-Marc Vivenza (actual Gran Portavoz del Gran Priorato de las Galias) en baglis.tv, donde nos habla de “La mística sacerdotal del Régimen Escocés Rectificado”. Javier Tejada Ibáñez, responsable del perfil de Facebook del Triángulo Caballeros de Santiago, nos envió el siguiente comentario al video: “Queridos Hermanos, ¿existe la posibilidad que me autoricen a subtitular en castellano este video? Por supuesto con la revisión de vosotros. Lo haríamos sin costo alguno y como contribución a la difusión del RER. Desde ya les envió un Abrazo Fraterno”. Ofrecimiento noble en bien del RER y para beneficio de todos los HH. hispanohablantes interesados en aprender más y mejor de nuestros maestros del GPDG. Pues bien, no parece que este ofrecimiento y el simple hecho de poner “me gusta” en algunas publicaciones haya podido pasar la censura de la inquisición impuesta por Ramón Martí en lo que queda del GPDH en España. Una vez más, se pone de manifiesto la destrucción continua y esquizofrénica (esto sí que es un "hecho inevitable y sostenido") de la Orden en el seno del GPDH. ¿Hasta cuándo permitirán en Francia esta imagen vergonzosa para el RER en España?

Suponemos que los recientes artículos publicados por Jean-Marc Vivenza sobre el estatuto de la materia y la resurrección de los cuerpos gloriosos, y que muy pronto podremos conocer traducidos al castellano, no le están resultando cómodos a Ramón Martí después de su “imposición” de la nueva Constitución y Códigos Generales de la Orden para el GPDH incluyendo en la página 7 una “Profesión de Fe Cristiana” de su autoría, exclusivamente responsabilidad suya y totalmente ajena al Gran Priorato de las Galias y a la Orden Rectificada, donde incluye, entre otras torpezas, una creencia firme en la “resurrección de la carne” en su punto 6, obligando a los miembros del GPDH a creer lo contrario de lo que enseña y proclama la Iniciación Rectificada en sus rituales, y más concretamente contrario a la Profesión de Fe de los CBCS donde se habla expresamente de la “resurrección gloriosa de Cristo”, Profesión de Fe que él mismo tuvo que asumir como Caballero (ver post anterior de 28 de mayo de 2012).

Además de esto, cambió el Compromiso preliminar de los candidatos a la iniciación recogido en el Ritual de los Aprendices, modificando (o mejor dicho falsificando) el ritual original redactado por Jean-Baptiste Willermoz y aprobado en los Conventos de las Galias de 1778 y de Wilhellmsbad de 1782, para obligar a los Hermanos a asumir la “Profesión de Fe” de su exclusiva autoría, contraria y ajena a la Orden Rectificada, traicionando así la propia doctrina que la Orden Rectificada enseña desde hace más de 230 años.

Motivo por el cual en septiembre de 2011 la J. y P. L. Caballeros del Grial se vio obligada también a marcharse del GPDH y pedir su incorporación en el GPDG de donde recibió nueva Carta Patente en mayo de 2012, como ya se anunció en este mismo blog.

Tras publicar este post, se ha recibido el siguiente comunicado oficial del Triángulo Rectificado Caballeros de Santiago:


Transcripción:
Alejamiento del GPDH

Con pesar y dolor, pero con la convicción de tomar el camino correcto, hemos decidido alejarnos del Gran Priorato de Hispania y en este sentido de la Logia que los representa en Buenos Aires. Aún en esta situación seguimos considerando a todos ellos nuestros Hermanos, pero les decimos:

Rechazamos la imposición de considerar "enemigos" a Hermanos de Francia, España, México, Costa Rica y Argentina del RER a quienes por su trabajo admiramos. A ellos nuestro apoyo.

Rechazamos la permanente arenga política en desmedro del camino iniciático cristiano, por considerarlo contrario a las enseñanzas de Cristo, vacío de contenido y perdido en las formas.

Rechazamos ser obligados a entregar nuestras Virtudes para seguir vanidades personales.

Entregados a trabajar bajo la Boveda Celeste y teniendo a Dios como único testigo, pedimos al Gran Arquitecto del Universo proteja nuestros trabajos y nos juzgue, sólo Él, por el celo que ponemos en la elevación del Templo a la Virtud.

Hoy más que nunca elegimos seguir las palabras de San Benito: "Busca la Paz y Síguela".

En los Valles de la Ciudad de La Plata, a los 21 días del mes de Agosto de 2012, V.L.


domingo, 19 de agosto de 2012

De la unión de las Iglesias. Joseph de Maîstre

Memoria dirigida por Joseph de Maîstre 
al duque Ferdinand de Brunswick-Lunebourg,
Gran Maestro de la Masonería Escocesa
de la Estricta Observancia,
con ocasión del Convento de Wilhemsbad de 1782 


El otro propósito del 2º grado o de la 2ª clase [Orden Interior de los C.B.C.S.] en el sistema propuesto sería: la reunión de las diferentes sectas cristianas. Sería tiempo, Monseñor, de borrar las vergüenza de Europa y del espíritu humano. De qué nos sirve poseer una religión divina, cuando hemos desgarrado el vestido sin costuras y cuando los adoradores de Cristo, divididos por la interpretación de su ley santa, se han dejado llevar por excesos que harían ruborizar a los pueblos de Asia. El mahometismo sólo conoce dos sectas; el cristianismo tiene treinta y, como si estuviéramos destinados a deshonorarnos a turnos por los excesos opuestos, después de habernos degollado con nuestros dogmas, hemos caído en todo lo referente a la religión en una indiferencia estúpida que llamamos tolerancia. El género humano está envilecido. La tierra se ha divorciado del cielo. Nuestros supuestos sabios, ridículamente orgullosos de algunos infantiles descubrimientos, disertan sobre el aire fijo, volatizan el diamante, enseñan a las plantas cuánto deben durar, se pasman ante una pequeña petrificación o sobre la trompa de un insecto, etc. Pero se guardan bien de preguntarse, aunque sea una sola vez en su vida, que es lo que son y cuál es su lugar en el universo.

            O curvoe ad terras animoe et coelestium inanes! [1]

Todo es importante para ellos salvo la única cosa importante. Llevados por un fanatismo mil veces más condenable que aquel contra el que no paran de gritar, golpean indistintamente sobre la verdad y sobre el error, y sólo saben atacar la superstición por medio del escepticismo. ¡Imprudentes! que se creen llamados a escardar el campo de las opiniones humanas y arrancar el trigo por miedo a que la cizaña se les escape. Han curado nuestros prejuicios, dicen... Sí, como la gangrena cura los dolores.

En este estado de cosas, ¿no sería digno de nosotros, Monseñor, proponer el avance del Cristianismo como uno de los objetivos de nuestra Orden? Este proyecto tendría dos partes, ya que es preciso que cada comunión trabaje por sí misma y trabaje por acercarse a las demás. Sin duda que esta empresa parecerá quimérica a muchos Hermanos: pero ¿por qué no intentamos nosotros lo que dos teólogos (Bossuet y Molanus) intentaron en el siglo pasado con alguna esperanza de éxito? El momento es mucho más favorable, ya que los sistemas emponzoñados de nuestro siglo al menos han producido de bueno que los espíritus, poco más o menos indiferentes sobre la controversia, puedan aproximarse sin enfrentarse. En nuestros días hay que estar versado en la historia para saber lo que es el Anticristo y la Prostituta de Babilonia. Los teólogos ya no disertan sobre los cuernos de la Bestia. Todas estas injurias apocalípticas serían hoy mal recibidas. Cada cosa lleva su nombre. Roma incluso se llama Roma, y el Papa, Pio VI.

Ruego encarecidamente a V.A.S., observar que esta reunión jamás tendrá lugar si se trata públicamente. La religión ya no debe ser considerada en nuestros días como una pieza de la política de cada Estado, y esta política ¡es de un temperamento tan irritable! Cuando se la toca con la punta de los dedos, se convulsiona. El orgullo teológico hará nacer nuevos obstáculos de tal forma que esta gran tentativa solo puede prepararse secretamente. Hay que establecer comités de correspondencia compuestos sobre todo por clérigos de las diferentes comuniones que habremos agregado e iniciado. Trabajaremos lentamente pero con seguridad. No emprenderemos ninguna conquista que no sea apropiada para perfeccionar la Gran Obra. Habrá que guardarse muy bien de encender la mecha antes de estar seguros del efecto: y como, siguiendo la expresión enérgica de un antiguo Padre, el universo fue en otro tiempo sorprendido por encontrarse arriano, habrá que conseguir que los cristianos modernos se encuentren sorprendidos de verse reunidos.

No es dudoso que la obra deba comenzar por los católicos y los luteranos de Augsburgo, cuyos símbolos no difieren prodigiosamente. En cuanto a los calvinistas, si lo son de buena fe, deberán reconocer que han desfigurado extrañamente el cristianismo. Así que, son ellos quienes deben sacrificarse.

Todo lo que pueda contribuir al avance de la religión, a la extirpación de las opiniones peligrosas, en una palabra, a elevar el trono de la verdad sobre las ruinas de la superstición y del pirronismo, será competencia de esta clase; lo que supone necesariamente que la profesión de fe requerida en este 2º grado debe ser más amplia que la primera. Ningún Hermano debe pues ser admitido sin reconocer claramente la divinidad de Cristo y la verdad de la revelación que le sigue.


[1] ¡Oh almas inclinadas hacia la tierra y despreocupadas de las cosas celestes! - Perse.

sábado, 18 de agosto de 2012

Gracias a todos

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Muchas gracias a todos por habernos llevado a superar las 4500 visitas en el mes anterior.


En relación al desventurado episodio de la entrega de los rituales del RER al Monasterio de Montserrat

Hechos acaecidos en Facebook en los que se recriminaba la entrega me han hecho reflexionar y asumir mi parte de culpa. Voy a tratar de explicarme:

El 7 de febrero de 2005, una delegación del GPDH encabezada por su Gran Maestro Ramón Martí, su Gran Canciller y un servidor, depositamos, en las manos del Abad del convento benedictino de Montserrat Dom Josep M Soler, los rituales del RER con la intención de permitir, que las jerarquías de la Iglesia católica puedan estudiar y leer con detenimiento – si era éste su deseo – nuestros rituales y textos que utilizamos habitualmente, pudiendo con ello disipar todos los prejuicios existentes que llevan a que sólo la Iglesia católica sea la única que sigue desaconsejando a sus feligreses la pertenencia a la Masonería, en el bien entendido, que tendrán que hacer con ello distinción entre las distintas masonerías existentes, de corte andersoniano unas y otras abiertamente liberales e incluso anticlericales, y la Masonería cristiana y Caballeresca del Régimen Escocés Rectificado.

Este hecho se encontraba enmarcado en una operación más amplia de contactos con la Jerarquía Católica y con el propio Abad de Montserrat, al igual que con otros abades de diversas ordenes.

La intención no era otra –en nuestra inocencia– que intentar hacerle ver a la Iglesia que la Masonería no es su enemiga, y que las ordenes cristianas masónicas podíamos ser incluso unos buenos aliados para acercar el cristianismo a la sociedad actual.

La elección del Monasterio de Montserrat fue hecha a consciencia tras asegurarnos que ese era el lugar en donde los rituales estarían más seguros y menos expuestos a miradas indiscretas.

Yo no puedo asumir culpa en este acto, ya que la responsabilidad recaía toda en el Serenísimo Gran Maestro, a quienes estos hechos le causaron más de un problema tanto dentro como fuera de la Orden, pero debo decir que siempre creí en el proyecto y en cierto modo, me siento como impulsor de este movimiento.

¿Lo volvería a hacer?

En las circunstancias actuales y tras haber tirado mi último cartucho con la iglesia (podéis leer mis últimas desventuras en este sentido en este mismo blog, haciendo click aquí), no lo volvería a hacer, pues me ha quedado claro que la Iglesia Católica, no solo no es sensible al planteamiento que le hicimos, sino que prefiere azuzar a sus masas contra la Masonería, –no pongo en duda las buenas intenciones de los Abades y Obispos que nos recibieron y alentaron, sino de sus superiores en Roma– supongo que por aquello de que es mejor fabricar enemigos externos antes que reconocer los propios errores.

De todas formas, mi corazón me pide que extienda una disculpa: Lo siento, mis intenciones eran buenas, pero me equivoqué. Me equivoqué en dos aspectos: primero, el creer que la Iglesia podía tener interés en lo que les proponíamos y segundo apartarnos de los demás masones, los cuales nos han demostrado con creces que a pesar de haberles dejado de lado, siempre han tenido los brazos abiertos hacia nosotros, y por otro lado por poner en duda su autenticidad iniciática.




jueves, 16 de agosto de 2012

El reclutamiento de las Logias. Joseph de Maîstre

Memoria dirigida por Joseph de Maîstre 
al duque Ferdinand de Brunswick-Lunebourg,
Gran Maestro de la Masonería Escocesa
de la Estricta Observancia,
con ocasión del Convento de Wilhemsbad de 1782 
 
Es tiempo de volver sobre nuestros pasos. No es dudoso, como ya hemos señalado, que el gran objetivo de la Masonería sea la Ciencia del Hombre. Pero, como no sabríamos tomar suficientes precauciones a fin de prevenir, por medio de la elección y el examen de las personas, la degradación de la iniciación masónica, es necesario dar a nuestra sociedad objetivos secundarios que puedan ocupar a hombres de diferentes caracteres y así poder ver sus aptitudes. Pero para poder sacar el mayor bien posible de la regeneración de la Orden, hay que encontrar un arreglo de cosas gracias al cual los diferentes grados de examen y suspensiones giren en torno al provecho del individuo, de la Orden entera y de la patria.

Nos atrevemos a creer que no es imposible conseguirlo llevando de forma recta la política y la religión. Y puesto que V.A.S. ha tenido a bien permitir a cada Hermano sus propias reflexiones, nos tomamos la libertad de representarle que la Orden se convertirá en una de las instituciones más útiles a la humanidad si, estando toda la Masonería dividida en tres grados [se refiere a las tres Clases de la Orden: Masonería simbólica, Orden Interior o Caballería cristiana y Clase Secreta], el primero tiene por objetivo los actos de beneficencia, en general, el estudio de la moral y la política general y particular; el segundo la reunión de las sectas cristianas y la instrucción de los gobiernos; el tercero la revelación de la Revelación o de los conocimientos sublimes de los que nos ocupamos. Antes de desarrollar este plan, señalemos en primer lugar dos errores en el régimen actual, tanto más capitales cuando se cometen desde el primer paso:

1º Para los simples grados azules, es decir, para entrar en la Orden, no se exige que el candidato presente la aprobación de sus conciudadanos, o sea, que nos exponemos al peligro de mancillar la Orden. Jamás nos hemos servido en Chambéry de la tolerancia otorgada por el nuevo código y la experiencia misma nos ha convencido de que hubiéramos tomado la decisión adecuada. Nos presentaron para el primer grado a un particular, súbdito del Rey, pero habitante de otra villa: estimamos a sus proponentes; no habiendo nada en su contra y ateniéndonos al código, fue recibido sin dificultad. Sin embargo, y para no apartarnos de una norma invariablemente adoptada, escribimos a su patria chica resultando que de allí fue rechazado, casi por así decirlo, por aclamación. En general, sólo escogemos hombres de quien nos hemos informado sobre sus costumbres por todos los medios posibles. Resulta consuelo de tontos pensar, cuando se ha hecho una mala elección, que podemos retrasar a ese individuo en su carrera masónica o incluso excluirlo de la Orden, puesto que siempre es lamentable la aplicación de medios violentos; y en cuanto a las suspensiones, el público, poco al corriente al hecho de nuestra jerarquía, nos juzga severamente. Nadie ignora, por otro lado, que la Sociedad rebosa de estos caracteres dudosos, bastante malos para perjudicar a la Orden en opinión de los hombres, sin serlo lo suficiente como para motivar su exclusión. Parece pues que hay que hacer borrón y cuenta nueva con este artículo del código actual.

Otro abuso, no menos sorprendente, es el que se comete respecto a la religión del candidato. Cuando éste está de rodillas y a punto de prestar su juramento, se le dice: “El libro que tocáis es el Evangelio de san Juan: ¿creéis en él?” ¡Qué imprudencia! Henos ahí un joven que no tiene la menor idea del verdadero objetivo de la Masonería, que quizás, ni tan siquiera cree en Dios (suposición no muy arriesgada en este siglo) y vamos y le pedimos bruscamente en medio de 40 personas si cree en el Evangelio. Reflexionemos bien, y veremos que tal pregunta es de una ligereza imperdonable, y que la respuesta que le sigue es muy a menudo un crimen. Sin duda alguna, es importante asegurarse de los sentimientos religiosos del candidato, pero a ese respecto, hay que ir entre el rigor y el relajamiento. Será suficiente con declarar simplemente al candidato que nos imponemos como ley el exigir en la elección de las personas la más escrupulosa severidad y que apenas tenemos en cuenta la probidad personal que no tenga base. Invitándole a continuación a que vea si tiene algún inconveniente en firmar la profesión de fe siguiente:
“Respondo por mi honor que creo firmemente en la existencia de Dios, la espiritualidad, la inmortalidad del alma, las penas y recompensas de la vida futura, sin exclusión de otras verdades de mi religión sobre las cuales no he sido preguntado”.
Parece que no necesitamos más, al demostrar el candidato un espíritu recto y un corazón resuelto. Si desgraciadamente duda de alguno de nuestros dogmas, es mejor curar sus heridas en lugar de rechazarlo.
 

lunes, 13 de agosto de 2012

La masonería y los Templarios. Joseph de Maîstre

Memoria dirigida por Joseph de Maîstre 
al duque Ferdinand de Brunswick-Lunebourg,
Gran Maestro de la Masonería Escocesa
de la Estricta Observancia,
con ocasión del Convento de Wilhemsbad de 1782

"Luego, si podemos concebir y ejecutar nuestros planes con la mayor libertad, ¿debemos dejar subsistir alguna cosa de la Orden de los T(emplarios)? Aunque no ignoramos que, sobre esta cuestión, varios hermanos se han pronunciado afirmativamente[1], parece, sin embargo (si ello no les incomoda en gran manera), que multitud de consideraciones deben llevarnos a la opinión contraria.

Si se quiere, pasemos por alto el palpable inconveniente de exponernos en vano, y correr el riesgo de alarmar a gobiernos suspicaces sin ningún aspecto favorable para nosotros ni para nuestros semejantes[2]. Ya hemos hablado bastante sobre esta consideración. Juzguemos mejor las cosas por sí mismas.

La idea de un monje soldado no podía nacer más que de una cabeza del siglo XII. Pero que en el siglo XVIII exista una sociedad que tenga como objetivo principal celebrar las desgracias de una de esas fraternidades guerreras, y que se honre pertenecer a ella por una filiación más que sospechosa, es lo que puede parecer un poco singular.

Hablemos solamente de la Orden de los T(emplarios), ¿por qué razón merecen la consideración del género humano? Protegían, se dice, a los cristianos que su piedad conducía al Santo Sepulcro. Pues bien, todos esos cristianos hubieran hecho mejor rogando a Dios en sus parroquias[3]. Es a ellos a quien se debería decir:

            Est-ne Dei sedes nisi Terra et Pontus et Aer?
            Et coelum et Virtus? Numen quid quoeritis ultra?[4]

Y aunque tuviéramos en cuenta a los Caballeros T(emplarios) este pequeño mérito, estaremos obligados a reconocer que no lo conservaron durante largo tiempo. Sesenta años después, vemos su institución en Francia y en el resto de Europa; y desde entonces se sabe cuál fue su conducta. A Dios no le place que se intenten adoptar las horribles acusaciones en contra de esos desventurados. Pero reconozcamos también que el hombre estimable no tiene necesidad de probar que no es un monstruo. Es cierto que las costumbres de los T(emplarios) eran malas; y quizás no haría falta otra prueba que la de la opinión pública, a la vista de una expresión proverbial que cuatro siglos más tarde aún podemos encontrar en la lengua francesa[5].

Parece pues que todo nos invita a romper completamente con la Orden de los T(emplarios). Todos los cambios proyectados nos muestran esa necesidad. Nos preguntamos si no es un escarnio renunciar a los bienes, a la regla, al nombre e incluso al hábito de la Orden, y sin embargo obstinarse en querer ser un T(emplario). Si se puede hablar claro, diré: es a la vez querer serlo y no serlo. En una palabra, si la masonería no es más que un emblema de los T(emplarios), ésta no es nada, y es preciso trabajar sobre un nuevo plan. Si por el contrario es más antigua, razón de más para que los hombres renuncien a las vanas fórmulas y dejen las palabras por los hechos.

Se puede objetar que hay razones para creer que los T(emplarios) estaban In(iciados). En ese caso, tendremos motivo para asombrarnos de que hubieran aprovechado tan poco conocimientos tan sublimes. Por lo demás, es cierto: 1º: que la In(iciación) es más antigua que los T(emplarios); 2º: que subsistió después de ellos; 3º: que para propagarse entre los hombres elegidos no necesitó del ministerio exclusivo de sus pretendidos sucesores. Luego, suponiendo que los T(emplarios), o lo que parece más probable, algunos de ellos, hubieran poseído la ciencia, no sería razón suficiente para nosotros pretender identificarnos con su Orden.

Parece incluso que debe darse un paso más y proscribir absolutamente en la nueva formación todo lo que tenga que ver con la caballería. Esta especie de instituciones son excelentes, pero hay que dejarlas en su lugar. La nobleza es una de esas plantas que no puede vivir si no es al aire libre. ¿De qué sirve un caballero creado a la luz de las velas en el fondo de un apartamento, cuya dignidad se disipa cuando se abre la puerta? En general, desearía vivamente ver desaparecer todas las palabras que no signifiquen hechos.

Como es lógico, antes de construir, hay que allanar el suelo, y nos ha parecido conveniente examinar lo que no debemos ser, antes de buscar lo que debemos ser. No queda más que tratar de esta segunda cuestión".

[1] Tal era la opinión de Willermoz, como escribió a Maîstre el 9 de Julio de 1799 (expediente Iluminados).
[2] La tesis del origen templario tenía un carácter más bien hostil ante la Monarquía y el Papado.
[3] Maîstre cambiará más tarde su opinión sobre las Cruzadas. Cf. Du Pape, discurso preliminar, y 1. III, Capít. VII. “Nunca he podido soportar que hablaran en contra de las Cruzadas. Son palabras de villanos”, escribía él mismo, el 20 de Julio de 1819 al oficial de la marina rusa que lo había traído de Rusia a Francia. Oeuvres complètes, tomo XIV, pág. 180.
[4] ¿Acaso Dios tiene otra sede que la Tierra, el Mar, el Aire, el Cielo y la Virtud? ¿Por qué buscáis en otra parte la divinidad? - Lucain.
[5] Beber o jurar como un templario.