Mis
pensamientos y los de los otros,
B.M. de Lyon (Ms 5476)
El estudio sin la oración, dijo
hace tiempo un sabio, es un verdadero ateísmo, y la oración sin el estudio una
vana presunción. Esto quiere decir que quien cree
poder adquirir una verdadera luz por el estudio y por la sola fuerza de su
aplicación, piensa y actúa como un ateo, y quien presume de que para obtener el
conocimiento de la verdad le es suficiente con pedirlo en sus oraciones, sin
hacer ningún esfuerzo para descubrirla y sin meditar sobre sus vías, solo es un
hombre presuntuoso, cobarde o indiferente ante ella. El primero sólo adquirirá
una ciencia vana y peligrosa, el otro continuará en la ignorancia.
[…]
Verdad eterna, tú me envuelves con tus
rayos, pero las sombras tenebrosas se levantan sin cesar ante mi alma y me
impiden elevar mi mirada hasta ti.
Todos los días, por la tarde y a media
noche, por la mañana y al mediodía, te invoco con ardor. Mis esfuerzos son vanos
e inútiles. El espeso velo de mis afecciones materiales priva mi vista de tu
luz.
Las imágenes de los objetos a los cuales
se libran mis sentidos, se colocan en gran número entre tu acción bienhechora y
los débiles esfuerzos de mi voluntad; me desvían y me arrastran por sus
ilusiones engañosas. Te me escapas y pierdo la esperanza de llegar a ti.
Oh verdad sin la cual mi ser solo es
nada, no cesaré de invocarte. Hasta que hayas satisfecho mi deseo, mis anhelos
serán mi única existencia.
Escucha mi voz, ven a activar lo que te pido con tanto ardor. Abjuro del amor a
los objetos sensibles; solamente a ti amaré y contemplaré por siempre como mi
única vida. Pues tú eres la vida del hombre, y sé con evidencia que mi destino
es vivir siempre en ti y contigo.
[…]
¿Dónde podré encontrar la ciencia de la
sabiduría? He pasado los días y las noches en la
búsqueda y las meditaciones y aún me pregunto dónde se oculta. El hombre está lejos de conocerla y de saber su
precio.
No se encuentra ni en las profundidades
del mar ni en los abismos de la tierra. ¿Dónde se halla pues esta sabiduría y
esta inteligencia? ¿Dónde la podré encontrar? He consultado a todos los seres
vivos; ninguno la ha percibido aún, y he visto que no está en ellos… Solo
Dios conoce la ruta que conduce hasta ella; sólo Él sabe dónde se encuentra.
Cuando Él dio leyes a todos los seres,
sometió a sus órdenes a los vientos y las tempestades y dirigió el rayo en la
dirección que le impuso, la sabiduría estaba ante Él. Entonces, dijo al hombre: Solo encontrarás la ciencia y la inteligencia en el
temor al Señor.
Absolutamente preciso y extraordinario !
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