“Sírvete del don sublime de la palabra, signo exterior de tu dominio sobre la naturaleza, para salir al paso de las necesidades del prójimo y para encender en todos los corazones el fuego sagrado de la virtud” (Regla al uso de las Logias Rectificadas, Artículo VI-I)

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jueves, 21 de agosto de 2014

¿Qué es "La Chose"? - Robert Amadou


La Chose es, para Martines de Pasqually y sus discípulos, el unum necessarium fuente de todo y hacia donde todo se orienta. A quien y a qué. La Chose es la Orden de los Élus Cohen, es el Templo y todos los símbolos asociados, por metonimia. La Chose es, en efecto, para recapitular, la presencia de Dios, su omnipresencia, cuando se siguen las reglas bajo especies jerarquizadas. La Chose es la Gloria, o la Chekhinah, La Sabiduría, la Sophia, su nombre técnico: el espíritu buen compañero, el Logos locuaz y el Espíritu Santo vivificador que procede del Padre y que es enviado por el Hijo” 
(Introducción a los Angélicos, CIREM, 2001)
¿Qué es la Chose? Podríamos creer que se trata de Cristo y algunos historiadores pensaron que el objetivo último de la Orden de los Élus Cohen era invocar al Reparador, como le llamaban, es decir, al mismo Cristo en persona. Creo que es caer en una confusión a la cual puede incitar la articulación un poco coja de la pertenencia a la Iglesia católica romana y la pertenencia a la Orden de los Élus Cohen. La Chose no es la persona de Cristo, la Chose no es un ángel de una clase por muy elevada que esta sea y, de todas maneras, el hombre no puede convocar a los ángeles de las clases más elevadas. La Chose no es Cristo, es la presencia de Cristo. Vieja noción, presencia real, que volvemos a encontrar en la tradición hebraica, la Chekhina, y que, en la tradición heleno-judía o heleno-cristiana toma el nombre de Sophia o Sophie, la Sabiduría. Identifico la Chose - La Chose que es la Causa - con la presencia de Dios, presencia de Dios en Cristo, que se vuelve sensible porque con Cristo está particularmente la Sabiduría; La Sabiduría de Dios siendo a la vez el mismo Verbo, pero también como la paredra de Cristo, el verbo encarnado, no su mitad ni una cuarta persona, sino como su doble, o mejor su envoltura, a veces sola, suficiente para la necesidad o precursor, a veces concomitante. Esta Chose se manifiesta por signos específicos. No es siempre fácil reconocerla... No siempre es fácil reconocer la presencia, ni su naturaleza” 
("Los vivos y los dioses, símbolos y religiones", programa de Michel Cazenave, France-Culture, 4 de marzo 2000, en Boletín Martines de Pasqually, nº 10, p. 9)

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