“Sírvete del don sublime de la palabra, signo exterior de tu dominio sobre la naturaleza, para salir al paso de las necesidades del prójimo y para encender en todos los corazones el fuego sagrado de la virtud” (Regla al uso de las Logias Rectificadas, Artículo VI-I)

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domingo, 21 de septiembre de 2014

Boletín GEIMME nº 43

Boletín GEIMME nº 43
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LA IGLESIA INTERIOR
SEGÚN EL FILÓSOFO DESCONOCIDO
Edificación mística de la Iglesia celeste
en el corazón del hombre

por Jean-Marc Vivenza

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LAS ESCRITURAS MÁGICAS
Entre el Ángel y el hombre

por Gilles Le Pape

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LA ORDEN DE LOS CABALLEROS
BIENHECHORES DE LA CIUDAD SANTA Y SU FUNCIÓN MÍSTICA

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SOBRE LA FILIACIÓN DE LOS ÉLUS COHEN Y LA CHOSE

Notas de Robert Amadou
(1924 - 2006)



jueves, 11 de septiembre de 2014

La Resurgencia de los Élus Cohen y su Filiación.- Robert Amadou



"Martines había designado como sucesor a Armand-Robert Caignet de Lester, o Lestère (1774-1778). Tras él, Sebastian de Las Casas (1778-1781) fue puesto en tela de juicio por Willermoz y sus amigos, así como por Jean-Jacques Du Roy d'Hauterive. Éste actuó como un Gran Soberano sin ostentar el título.
Durmiente en 1807, en sueños después, la Orden, escribe J.-B. Willermoz, perdió a todos sus Réaux-Croix en 1822. Esto se dijo apresuradamente. Sin embargo, el T.P.M. Destigny, quien falleció en 1868 o 1869, conservaba los archivos Cohen desde 1809; no fue Gran Soberano de la Orden, ni fue encargado de su mantenimiento bajo ninguna forma, salvo en la leyenda. En el siglo XX, las pretendidas filiaciones rituales son falaces; muestran a menudo gran confusión de hecho entre el Régimen Escocés Rectificado y los Élus Cohen. La Orden de los Élus Cohen fue despertada por la gracia de una filiación espiritual comprobada, en 1942-1943; Georges Lagrèze (1943-1946), luego Robert Ambelain (1946-1967), fueron Grandes Maestros; Iván Mosca, fue Gran Soberano a partir de 1967. Los hermanos operan, solos o en grupos, con autonomía, todos procedentes de la misma resurgencia” 
(R. Amadou, Encyclopédie de la F.M., edition 2000) 
Referente a esta “resurgencia” de la cual descienden, en el mejor de los casos, todas las “Órdenes Cohen” actuales, nos remitiremos al folleto publicado por el CIREM que Robert Amadou firmó con su nomen iniciático: Ignifer, que aporta la luz más completa sobre los datos de su problema, y cuya conclusión es la siguiente, tras haber mostrado que el sueño de una continuidad entre la Orden de los Élus Cohen y la Gran Profesión, detentada por Georges Lagrèze (1882-1946), que algunos pretendieron establecer, es una fantasía piadosa, sabiendo que: 
Prestando contra toda evidencia la cualidad de Gran Profeso a Lagrèze, éste no podía transmitir su eventual “iniciación de Gran Profeso”, porque uno no se convierte en Gran Profeso en virtud de una iniciación individual, sino por la admisión a un colegio de Grandes Profesos decidida con la unanimidad de sus miembros. La filiación ritual de los Élus Cohen no puede confundirse con la filiación imaginaria de los Grandes Profesos, ni con ninguna otra filiación iniciática de naturaleza ritualística. Hay ausencia de toda filiación ritual, referente a los Élus Cohen, en la época contemporánea, más allá de esta resurgencia” [El único elemento tangible sobre el cual puede apoyarse de manera válida esta “resurgencia” está por tanto únicamente basado sobre un elemento puro de “deseo”, fuera de todo vínculo histórico]... La validez de la resurgencia Cohen que podemos, a la vista de la cronología anterior, fechar en 1942/1943, fue verificada sin ambages, e incluso antes de la carta, en 1942, por la gracia de la Chose, lo cual no llegó a desmentirse después. La filiación ritual salida de esta resurgencia obtiene de ello su propia validez".
    (R. Amadou, La Résurgence, notice historique CIREM, Carnet d'un élu coen, 3, 2001, p. 6)

domingo, 7 de septiembre de 2014

Et Tenebrae Eam Non Comprehenderunt.- Jean-Marc Vivenza

(Extracto de su obra: "Los Élus Cohen y el Régimen Escocés Rectificado")

El Delta radiante, en el Régimen Escocés Rectificadorepresenta la Imagen primitiva del primer Adán, que se ha hecho visible con el último Adán, el Hombre-Dios, el Verbo Divino encarnado, el Dios hecho hombre. Esta encarnación, que fue también la venida de la Luz, vista en el drama divino que se muestra en torno a la persona del Salvador, enfrenta directamente la Luz a las tinieblas. He aquí ciertamente la razón de la asimilación del mundo a las tinieblas en el texto evangélico que es utilizado para colocar el Delta en la Logia. En efecto, alejar las tinieblas supone en primer lugar recibir al Verbo, Luz de los hombres y del mundo, es aceptar la acción transformadora y “deiforme” que nos propone la encarnación, puesto que “ser cristiano es ser en Dios desde aquí abajo y desde ahora”, ser en Dios, es decir, estar en su Luz y vivir de su Luz….

Podría ser que Louis-Claude de Saint-Martin tratará de esto al revelarnos la clave de este sorprendente enigma cuando nos muestra que el triángulo es sin duda el hombre, y en otros sitios, muy generalmente, el compuesto material en tanto que imagen general de las cosas creadas y asimiladas a las tinieblas como pensaba Martines, y como lo da a entender el hecho de que el triángulo de la logia rectificada esté rodeado por la frase del Prólogo de San Juan evocando esta negra esencia del mundo, pero que al mismo tiempo sea igualmente y en una relación idéntica, aunque en un orden singularmente diferente de excelencia y de suprema Santidad, la Divinidad encarnada.

El Triángulo encarnaría entonces, a la perfección, el principio de “imagen y semejanza”, representando, ante nuestros ojos, toda la historia del hombre desde su emanación divina primitiva hasta su retorno en gloria por la gracia del Divino Reparador, según una suerte de donación gratuita de una parte de la Esencia Divina que él ha, ¡desgraciadamente!, perdido temporalmente, habiendo sido por su terrible Caída aprisionado en las “tinieblas” de su cuerpo material, esencia y primera propiedad que está, no obstante, destinada a retornar si obra y acoge en él la “Luz” radiante del Verbo de Dios… La Triple potencia en tanto que pensamiento, voluntad y acción, simboliza bien la “Toda Potencia” de la Santa Trinidad en su esencia activa y redentora operando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu, que envía al Verbo, tomando forma humana, para restaurar en justicia a los hijos de Adán en su ser original, sobre lo que nos instruye de hecho el Delta de Oriente… 

La perfección del Ternario, donde el Delta luminoso simboliza la verdad, destinado de esta forma a devolver al hombre a su primer estado de perfección por la acción concreta del Verbo en el mundo, confiere al Triángulo de Oriente la misión de recordarnos la primera propiedad de Adán unida a la humanidad de Jesús-Cristo. De aquí que la constante relación ternaria en logia se halle particularmente marcada en el Régimen Escocés Rectificado, fundamento metafísico así como base simbólica muy particularmente resaltada en este Rito, donde la noción de luz está constantemente referida a la Revelación.