“Sírvete del don sublime de la palabra, signo exterior de tu dominio sobre la naturaleza, para salir al paso de las necesidades del prójimo y para encender en todos los corazones el fuego sagrado de la virtud” (Regla al uso de las Logias Rectificadas, Artículo VI-I)

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domingo, 7 de septiembre de 2014

Et Tenebrae Eam Non Comprehenderunt.- Jean-Marc Vivenza

(Extracto de su obra: "Los Élus Cohen y el Régimen Escocés Rectificado")

El Delta radiante, en el Régimen Escocés Rectificadorepresenta la Imagen primitiva del primer Adán, que se ha hecho visible con el último Adán, el Hombre-Dios, el Verbo Divino encarnado, el Dios hecho hombre. Esta encarnación, que fue también la venida de la Luz, vista en el drama divino que se muestra en torno a la persona del Salvador, enfrenta directamente la Luz a las tinieblas. He aquí ciertamente la razón de la asimilación del mundo a las tinieblas en el texto evangélico que es utilizado para colocar el Delta en la Logia. En efecto, alejar las tinieblas supone en primer lugar recibir al Verbo, Luz de los hombres y del mundo, es aceptar la acción transformadora y “deiforme” que nos propone la encarnación, puesto que “ser cristiano es ser en Dios desde aquí abajo y desde ahora”, ser en Dios, es decir, estar en su Luz y vivir de su Luz….

Podría ser que Louis-Claude de Saint-Martin tratará de esto al revelarnos la clave de este sorprendente enigma cuando nos muestra que el triángulo es sin duda el hombre, y en otros sitios, muy generalmente, el compuesto material en tanto que imagen general de las cosas creadas y asimiladas a las tinieblas como pensaba Martines, y como lo da a entender el hecho de que el triángulo de la logia rectificada esté rodeado por la frase del Prólogo de San Juan evocando esta negra esencia del mundo, pero que al mismo tiempo sea igualmente y en una relación idéntica, aunque en un orden singularmente diferente de excelencia y de suprema Santidad, la Divinidad encarnada.

El Triángulo encarnaría entonces, a la perfección, el principio de “imagen y semejanza”, representando, ante nuestros ojos, toda la historia del hombre desde su emanación divina primitiva hasta su retorno en gloria por la gracia del Divino Reparador, según una suerte de donación gratuita de una parte de la Esencia Divina que él ha, ¡desgraciadamente!, perdido temporalmente, habiendo sido por su terrible Caída aprisionado en las “tinieblas” de su cuerpo material, esencia y primera propiedad que está, no obstante, destinada a retornar si obra y acoge en él la “Luz” radiante del Verbo de Dios… La Triple potencia en tanto que pensamiento, voluntad y acción, simboliza bien la “Toda Potencia” de la Santa Trinidad en su esencia activa y redentora operando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu, que envía al Verbo, tomando forma humana, para restaurar en justicia a los hijos de Adán en su ser original, sobre lo que nos instruye de hecho el Delta de Oriente… 

La perfección del Ternario, donde el Delta luminoso simboliza la verdad, destinado de esta forma a devolver al hombre a su primer estado de perfección por la acción concreta del Verbo en el mundo, confiere al Triángulo de Oriente la misión de recordarnos la primera propiedad de Adán unida a la humanidad de Jesús-Cristo. De aquí que la constante relación ternaria en logia se halle particularmente marcada en el Régimen Escocés Rectificado, fundamento metafísico así como base simbólica muy particularmente resaltada en este Rito, donde la noción de luz está constantemente referida a la Revelación. 

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