“La Iniciación (…) instruye al hombre de deseo sobre el origen y la
formación del universo físico, sobre su destino y la causa ocasional de su
creación, en un determinado momento y no en otro; sobre la emanación y la
emancipación del hombre en una forma gloriosa y su destino sublime en el centro
de las cosas creadas; sobre su prevaricación, su caída, su favor y la absoluta
necesidad de la encarnación del Verbo para la redención, etc. Todas las cosas
de las cuales deriva un profundo sentimiento de amor y de confianza, de temor y
de respeto y de vivo reconocimiento de la criatura por su Creador, han sido
perfectamente conocidas por los Jefes de la Iglesia durante los cuatro o seis
primeros siglos del cristianismo. Pero, desde entonces, estas cosas se han
perdido sucesivamente y han sido ocultadas hasta tal punto que, actualmente
(…), los ministros de la religión tratan de innovadores a todos los que
sostienen la verdad. Puesto que esta iniciación tiene por objeto restablecer,
conservar y propagar una doctrina tan luminosa y sutil, ¿por qué no se ocupan
en prestarle atención sin ningún tipo de amalgama en la clase que le está
especialmente consagrada?”
Carta de J.B. Willermoz a Saltzmann de 3 a 12 de mayo de 1812,
in Renaissance Traditionnelle, n° 147-148, 2006, pp.
202-203.
A pesar de que en algunas iglesias cristianas actuales (siglo XXI) se usa el procedimiento de catequesis o preparacion para ciertos ritos litúrgicos, el sentido de la "iniciación de antiguo" se ha perdido...a pesar de que los Caballeros templarios la restablecieron en su verdadero sentido, hoy sigue absolutamente perdida en todas las cristianas sean la catolices o las noe-cristianas.
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