“Sírvete del don sublime de la palabra, signo exterior de tu dominio sobre la naturaleza, para salir al paso de las necesidades del prójimo y para encender en todos los corazones el fuego sagrado de la virtud” (Regla al uso de las Logias Rectificadas, Artículo VI-I)

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sábado, 17 de abril de 2010

Manuestrito Dumfries de 1710 - El Deber del Masón



Que todo hombre que sea masón o que entre en la asociación para ampliar y satisfacer su curiosidad preste atención a la siguiente obligación.
Si alguno de vosotros es culpable de uno de los actos inmorales que siguen, vea de arrepentirse y enmendarse con premura, pues hallaréis que es duro caer en las manos de nuestro Dios irritado; y muy especialmente vosotros que estáis bajo juramento, cuidáos de preservar la promesa y juramento que habéis hecho en presencia de Dios Todopoderoso. No imaginéis que una restricción mental o un equívoco pueda servir ya que, podéis tener la certeza, cada palabra que habéis pronunciado durante todo el tiempo de vuestra recepción es un juramento, y Dios os juzgará según la pureza de vuestro corazón y la limpieza de vuestras manos. Jugáis con una herramienta de filo cortante, cuidáos de que vuestra salvación no quede privada por una satisfacción aparente.

(Deberes generales)
Primeramente, serviréis al verdadero Dios y observaréis sus preceptos en general y particularmente los Diez Mandamientos entregados a Moisés en el monte Sinaí, tal como los hallaréis expuestos íntegramente en el pavimento del templo.
En segundo lugar, seréis fiel y constante para con la Santa Iglesia católica (7) y rehuiréis, según vuestro conocimiento, toda herejía, cisma o error;
3º) Seréis leal a la logia y guardaréis todos los secretos que a ella se refieran;
4º) Seréis leal al Rey legítimo del reino, rogaréis por su salvación en toda ocasión propicia en que rezaréis por vos mismo, y no tomaréis parte en ningún plan de traición hacia su persona y su gobierno:
5º) Os amaréis y seréis leales los unos con los otros y haréis a vuestros prójimos o compañeros tal y como querríais que os hicieran;
6º) Mantendréis relaciones leales y confiadas con todos aquellos maestros y compañeros que sabréis que han sido recibidos regularmente en la orden; preservaréis sus secretos, os opondréis con todas vuestras fuerzas a que se les perjudique, apoyaréis su honor y su prestigio;
7º) Que todos los masones dispongan de una verdadera logia, estancia o sala para hablar y juzgar de todo lo tocante a la honestidad y conducta moral, donde podrán reavivar sus recuerdos sobre desaparecidos eminentes;
8º) Sed leal y honesto hacia el señor o patrón, haced su obra fielmente, haced todo lo posible para asegurar su provecho y beneficio, no le estaféis en nada, sea lo que sea, para que no tanga motivo alguno de queja y que obtengáis honor por ello;
9º) Llamaréis “masones” a vuestros compañeros y hermanos, y no les daréis apodos irreverentes que pudieran dar pie a disputas, divisiones y arrebatos que pudieran ser causa de escándalo;
10º) Que ningún maestro o compañero, por vicio o impiedad, induzca a la mujer, la hija o la sirvienta de otro compañero al adulterio o fornicación;
11º) Poned mucho cuidado en pagar fiel y honestamente vuestra cuenta (escote, cuota): comida, bebida, lavandería y alojamiento, cuando estáis en pensión;
12º) Aseguráos de que, allá donde os alojéis, no se cometa exceso alguno por cuya causa el Oficio pueda ser difamado;
13º) Observad atenta y fielmente el dia del Señor, absteniéndoos de toda obra y tarea mala, dedicáos a emplear ese día al servicio y búsqueda del verdadero Dios, a evitar que las facultades de vuestra alma vagabundeen tras las vanidades de este mundo, a rogar a Dios que santifique vuestra voluntad, vuestra inteligencia y vuestra memoria así como a vuestra razón y a vuestros sentimientos;
14º) Considerad asunto propio aliviar a los pobres según vuestro talento y vuestros recursos, no dejéis que vuestra prudencia suplante a vuestra caridad, con la idea de que éste o aquél es indigno o no está necesitado, muy al contrario no perdáis ocasión, ya que dáis por amor a Dios y en obediencia a sus mandamientos;
15º) Visitad a los enfermos, reconfortadles, orad por ellos y no les dejéis en un desamparo que esté en vuestra mano socorrer; si Dios les llama de aquí abajo, participad y asistid a sus obsequias;
16º) Sed bueno y afable con todos, pero muy especialmente con las viudas y los huérfanos, ponéos decididamente de su parte, defended sus intereses, aliviad su indigencia: incluso si es pan echado a inciertas aguas, por la bendición particular del cielo se os devolverá con un interés septuplicado y se os garantizará una inversión en el otro mundo;
17º) Nunca beberéis hasta embriagaros, ya que es una ofensa a Dios y, además, seríais entonces capaz de revelar los secretos de la logia y así haceros perjuros;
18º) Os abstendréis de toda diversión escandalosa y profana, de juegos de azar y de cualesquiera otros juegos ruinosos;
19º) Desterraréis cualquier clase de lenguaje lascivo así como de todo lenguaje, posturas y gestos obscenos, puesto que todo ello sólo place al Maligno y nutre la lujuria;
Estos son los deberes generales a los que todo masón debería atenerse, sea maestro o compañero. Es muy deseable que los conserven cuidadosamente en su corazón, su voluntad y sus sentimientos; y, haciéndolo, se harán famosos en las futuras generaciones. Y Dios bendecirá a su posteridad y les dará un hermoso talento y distribuirá sus descendencias en agradables lugares.

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