"La gente
nunca debería pensar tanto en lo que tiene que hacer; tendrían que meditar más
bien sobre lo que son. Pues bien, si la gente y sus modos fueran buenos, sus
obras podrían resplandecer mucho. Si tú eres justo, también tus obras son
justas. Que no se pretenda fundamentar la santidad en el actuar; la santidad se
debe fundamentar en el ser, porque las
obras no nos santifican a nosotros sino que nosotros debemos santificar a las
obras. Por santas que sean las obras, no nos santifican en absoluto en
cuanto obras: sino en cuanto somos santos y poseemos el ser, en tanto
santificamos todas nuestras obras, ya se trate de comer, de dormir, de estar en
vigilia o de cualquier cosa que sea. Quienes no tienen grande el ser, cualquier
obra que ejecuten, no dará resultado. Sabe por lo dicho que uno tiene que
cifrar todo su empeño en ser bueno y no [insistir] tanto en lo que uno hace o
en la índole de las obras, sino en cómo es el fundamento de las obras".
PLÁTICAS INSTRUCTIVAS
(4.- De la utilidad del desasimiento que uno debe realizar interior y exteriormente),
Maestro Eckhart.
(4.- De la utilidad del desasimiento que uno debe realizar interior y exteriormente),
Maestro Eckhart.
“El
Padre santificó al Hijo, el Hijo santificó al Espíritu, el Espíritu santificó
al hombre. El hombre debe santificar todo su ser, su ser debe santificar a los
agentes del universo.
Los
agentes del universo debían santificar toda la naturaleza y la santificación
debía extenderse hasta la iniquidad”.
El Hombre de Deseo (§ 224),
Louis-Claude de Saint-Martin.
Louis-Claude de Saint-Martin.
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