"Desgraciados son aquellos que ignoran que el
conocimiento perfecto nos fue aportado por la Ley Espiritual del Cristianismo,
que fue una iniciación tan misteriosa como aquella que la había precedido: es
en ella donde se encuentra la Ciencia universal. Esta Ley descubre nuevos
misterios en el hombre y en la naturaleza, ella se convierte en complemento de
la ciencia. Es la más sublime, la más elevada, la más perfecta de todas las
ciencias, en definitiva, la única a desear para un verdadero Caballero de la
fe".
Instrucción de los CBCS de 1782.
No hay comentarios:
Publicar un comentario