“Sírvete del don sublime de la palabra, signo exterior de tu dominio sobre la naturaleza, para salir al paso de las necesidades del prójimo y para encender en todos los corazones el fuego sagrado de la virtud” (Regla al uso de las Logias Rectificadas, Artículo VI-I)

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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Discurso de Instrucción a un nuevo Élu Cohen


DISCURSO DE INSTRUCCIÓN
a un recién Recibido en los Tres Grados de
Aprendiz, Compañero y Maestro Simbólicos
de la Orden de los Élus Cohen

-Fondos Willermoz, ms. 5919-12-
El espíritu puro y simple no tiene forma ni cara visible a los ojos de la materia (…). Los hombres, a medida que se han alejado de su principio, se han acostumbrado a creer que la materia existía necesariamente por sí misma y que, por consiguiente, no podría ser completamente destruida. Si ésta es vuestra opinión, es uno de los primeros sacrificios que debéis hacer para llegar a los conocimientos a los que aspiráis. En efecto, sería atacar la unidad indivisible del Creador si admitís por un lado un ser espiritual puro y simple, y [por otro a] un ser material eterno como él, lo cual es absurdo (…). Es así como este universo de materia aparente se reintegrará prontamente en su primer principio de creación, tras la duración de tiempo que le ha sido fijada, que ha sido concebida en la imaginación del Creador. Aprended de ello, hermano mío, el caso que debéis hacer de esta materia que los hombres convierten en su ídolo, y cuánto se engañan burdamente al sacrificarle sus más preciados bienes”

Lo que se dice sobre los cuerpos particulares debe aplicarse igualmente al universo creado; cuando se haya cumplido el tiempo prescrito para su duración aparente, todos los principios de vida, tanto general como particular, se habrán retirado de él para reintegrarse en su fuente de emanación. Los cuerpos y la materia total sufrirán una descomposición súbita y absoluta, para reintegrarse también en la masa total de los elementos, que se reintegrarán a su vez en sus principios simples y fundamentales, al igual que éstos se reintegrarán en la fuente primitiva secundaria, que había recibido el poder de producirlos fuera de ella misma. Esta integración absoluta y final de la materia y de los principios de vida que sostienen y mantienen su apariencia, será tan rápida como lo ha sido su producción; y el universo entero desaparecerá tan rápidamente como la voluntad del Creador se hará oír; de forma que no quedará ningún vestigio, como si jamás hubiese existido”.

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